22 Jul I’M IN!
A mi alrededor, todos invierten, bueno, quizás no todos, pero ahí está el deseo o la moda. Si cuando yo era adolescente, la cosa estaba en poner unos ahorrillos en Bolsa (Telepizza o Terra eran lo básico) para ser cool enough (o lo que se dijera en aquel entonces), hoy no estás en la onda si no has puesto un dinerillo en una de aquellas startups basadas en una tecnología con nombre en siglas, que augura un cambio de vida total (de arriba abajo y de derecha a izquierda), pero que adoptaremos de una manera natural.
Yo no suelo invertir, (bueno, pequé una vez), porque pertenezco al grupo de los que tienen aversión al riesgo, o más bien mis finanzas no dan para tanta alegría. Sin embargo, no estoy al margen, ya que juego mis partidas cerca de este apasionante agujero negro que atrapa la energía de los mejores talentos del mundo. Y al servicio de los protagonistas de este ecosistema, ofrezco mi sabiduría a sorbitos, en los temas que domino, ya sea construir historias para que estructura y contenido vayan a una, ordenar y priorizar los primeros pasos, afinar la estrategia para que los que mucho abarcan no se pierdan, y también prepararles para que cuando vayan a vender su idea, no se aturullen y, muy al contrario, la audiencia les interrumpa con la mano y exclamen: I’m in!.
Porque lo que les preocupa, (al menos, les ocupa), no es tanto vender al cliente, que también, si no a aquellos ‘ángeles’ que suben para poner el carbón suficiente a la locomotora para que sigan creciendo, consolidándose, incorporando equipo, pagando las nóminas, etc…. Tal como funciona este juego, la conclusión es que aunque tengas una idea magnífica, talento tecnológico para aburrir o un modelo de negocio disruptivo, si se te acaba la gasolina antes de hora, puedes sucumbir. Y si no tienes la capacidad para convencer a tu ángel inversor, los días para tu reluciente empresa, están contados.
Por suerte, o sin ella, a pesar de la tecnología transformadora que subyace en este mundo actual, hay cosas esenciales que no cambian, ni lo harán nunca, porque forman parte del género humano, y ahí creo que es donde deben incidir los emprendedores en sus presentaciones.
Cuando “mis” startups me preguntan qué tienen que explicar y cómo lo tienen que hacer para que los inversores decidan poner una palada de carbón a su locomotora y no a otra, yo les digo que, más allá de incluir todo lo que la audiencia espera ver, (todos lo harán, y por ello no puedes saltártelo), en lo que tienen que invertir el tiempo y el ingenio es en añadir gotitas olorosas de aquellos beneficios (in)visibles pero esenciales, aquellos que empujarán hacia el sí a los que están al otro lado de la mesa.
Antes de empezar, cambia de perspectiva, ponte en su lugar y averigua qué quieren …
DÓLARES
En nuestra sociedad capitalista, la imagen del dólar es el alter ego del éxito. Otra cosa es que nos preguntaran, a solas y de forma sincera y anónima, qué es para ti el éxito. Pero cuando nos ponemos en formato empresarial, nos engulle el sistema, no podemos huir, de ese sí, agujero negro. Así pues, aliméntales con las palabras que escupen dólares como una máquina de casino: “capacidad de escalar”, “mercado global”, “oportunidad de mercado”.
HACER HISTORIA
Ser los primeros en pisar la luna o en descubrir un continente, ponerle nuestro nombre a una nueva especie, o simplemente estar en una lista VIP, ¿dónde hay qué firmar para ser uno de los elegidos? Presumiremos de ello en las cenas o en las reuniones con colegas, y quizás por estar en ese grupo dejaremos de ser invisibles. Ser protagonistas de un cuento nos convierte en excepcionales. Por tanto, incluye en tu discurso la palabra “disrupción”, cuéntales con muchos anglicismos aquella tecnología que aún es experimental, e incluye a centros de investigación famosísimos. Y Repite: “seremos los primeros”, “nos anticiparemos”…
AYUDAR AL MUNDO
Salvar al mundo, combatir el hambre o detener la expansión de las enfermedades, favorecer la inclusión de los frágiles, mitigar la desigualdad latente, frenar el cambio climático, ¿cómo vamos a negarnos a una misión que nos interpela tanto? No olvides, pues, añadir una slide social, inspiradora, a la medida de las personas, que nos haga soñar que es posible, que nos haga sentir que participamos en el bien común.
EVITAR EL MAREO
Nos encantan los retos y los desafíos, explorar nuevos ámbitos, somos curiosos y queremos aprender pero… si parece muy complicado llegar a conseguirlo, nos decidiremos por otro destino. Por eso en el discurso, aunque haya conceptos complejos, que sumarán en positivo para nuestros retos intelectuales, el desenlace tiene que ser simple y certero. Esto hay que aplicarlo a, por ejemplo, el modelo de negocio, la conversión a usuarios, la necesidad en la que se basa la propuesta… Pónnoslo Fá-cil para decirte sí.
ESCOGER LA TRIBU
Nos pasamos la vida buscando y volviendo a buscar una tribu en la cual sentirnos a gusto. En el grupo elegido, habrá personas afines a nosotros en función de nuestro actual ciclo vital, y lo detectaremos enseguida, pero cuando los caminos empiecen a divergir, pondremos la atención en buscar otro. Por esa razón es tan importante explicar, transmitir, en nuestras presentaciones, cuál es el equipo de personas que va a hacer posible la proeza. Quienes te escuchan deberían sentir una punzada positiva de algún tipo, mientras lo cuentas: admiración, respeto, semejanza, curiosidad…
MUNDO IDEAL
No podemos multiplicarnos, ya nos gustaría. Personalmente siempre cuento que si volviera a empezar de nuevo, sería directora de cine. Pero mi vida fue por otras rutas, también interesantes, pero siempre siguen ahí las pelis, los guiones, la fotografía, los escenarios… Si estoy al otro lado de la mesa y lo que me cuentas es de un sector, un ámbito, una parcela, a la que a mí me encantaría participar de alguna manera, porque forma parte de uno de mis anhelos latentes, ya me tienes. I’m in!
MI EXPERIENCIA EN 3 LÍNEAS:
EL DESAFÍO
El primer paso es siempre empujarles a traducir todas esas palabras extrañas que emplean . Les digo: “es que solamente cuando conoces el significado, empiezas a escuchar”
EL LOGRO
Transmitir un concepto, una idea y su desarrollo como un cuento, aunque parezca a priori que es quitarle valor, en realidad lo hace brillar con más fuerza. Quienes lo consiguen, convencen.
EL APRENDIZAJE
Entrever que hay de verdad entre tanto sueño, encapsulado en presentaciones con los mismos contenidos no es sencillo… ¿qué hay de nuevo o diferencial o auténtico ? Almodóvar diría: “Hable con ella”
Cristina Masachs
CEO Softlanding
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