22 Jul Cuando menos te lo esperas
‘Siempre hacia adelante’, ‘no mirar atrás’ o ‘lo mejor está por llegar’ son consignas alentadoras que nos repetimos hasta el infinito para que, a pesar de las frustraciones que nos da la vida, (y/o nos comunican algunas personas de la vida), sigamos por la ruta por la que veníamos y continuemos el camino erguidos, expectantes y decididos.
A pesar del cambio de tendencia económica, en estos últimos tiempos, me he topado con buenos amigos y grandes profesionales (algunos, unos cracks) que, de la noche a la mañana, han pasado de estar en el pedestal de los altos ejecutivos o en la comodidad del middle management a llamarme por teléfono convertidos en personas de a pie.
Es muy contradictorio que, con lo que llegamos a preocuparnos en prever lo peor en infinidad de temas, no seamos capaces de pensar sobre qué haríamos si nuestro futuro profesional se desligase finalmente de unas siglas comerciales.
Desde mi experiencia personal, me gustaría compartir unos cuántos consejos (para el durante, y para el después), que me resultaron muy útiles, (o que me hubieran venido muy bien) y que os servirán en caso que algún día os cambiara la vida de la noche a la mañana en el entorno profesional.
Mirando atrás, y con mucha perspectiva, estos serían los puntos principales en los que trabajar.
CÓMO PREPARAR Y AFRONTAR UN (POSIBLE) CAMBIO PROFESIONAL
MÁS POLÍTICA, MENOS PANTALLA
Hay personas a las que nos apasiona nuestro trabajo, sacar proyectos adelante, meternos en un montón de líos, crear desde cero. Estamos decididos a luchar por lo que creemos y a veces levantamos poco la vista de la pantalla afanados en terminar, decidir o retomar. Además, luchamos hasta la extenuación para conseguir mover los mecanismos necesarios de la maquinaria y flirteamos poco con los ‘otros’. Aunque nos cueste, hemos de dedicarle un tiempo a la política interna, ya que es más imprescindible de lo que parece para avanzar en el presente, y nos servirá también para preparar el futuro.
MÁS CONFERENCIAS, MENOS REUNIONES INTERNAS
Los comprometidos con la empresa le concedemos nuestro valor más importante: la energía y, sobre todo, nuestro tiempo. Nos pasamos días, incluso semanas, preparando información ‘relevante’ para reuniones interminables donde a media tarde, la mitad de las personas ya han desconectado, gracias al tecleo en móviles ‘personales’ y a los garabatos en papeles de trabajo. Convocamos y desconvocan, retrasamos y se retrasan. Sin embargo, es imposible que un día ‘faltemos’ para formarnos, para reflexionar sobre el impacto de las nuevas tendencias y cambiar nuestra perspectiva, para conocer a personas con talento o descubrir oportunidades para el negocio. Hay que programar salidas profesionales con igual alegría que programamos reuniones.
MÁS MARCA PERSONAL, MENOS MARCA COMERCIAL
¿Qué somos más allá del título de nuestra tarjeta? Pues, para muchos de mi generación, que crecimos bajo la referencia de los éxitos de los yuppies, bien poco. Por suerte, las nuevas generaciones tienen muy claro que es necesario tanto invertir en la marca personal, como dedicar un tiempo al resto de la vida: hobbies, amigos, proyectos personales, ocio, familia. El sentimiento de frustración que aparece en el momento en el que perdemos nuestro trabajo, especialmente doloroso en el caso que se haya alcanzado el ‘pseudo-éxito’ (aún me pregunto cuál es el verdadero), es debida al desequilibrio interno entre cuánto hemos cuidado la marca con nuestros apellidos respecto la de las siglas que llevamos tatuadas desde hace años.
MÁS ESCUCHAR, MENOS ACTUAR
Y luego, ¿qué?, ¿estarán vacías las calles durante las horas de oficina?, ¿me mirarán raro por comprar en horas normales? Eso es lo que yo pensaba mientras repetía el mantra de “yo solamente quiero volver a mi sitio…”. Es increíble la prisa que tenemos por volver a ocupar un nuevo ‘cubículo’ (usando el concepto de la tira cómica de Dilbert). Sin embargo, no paramos de hablar (o mentir) sobre cómo vamos a aprovechar esa oportunidad para ocupar un puesto mejor, el que nos merecemos, en una empresa mayor. Lo único cierto es que, realmente, ese será uno de los pocos momentos en los que tendremos una gran oportunidad para repensarnos como personas y profesionales. Para conseguirlo, hay que explorar y dejarse aconsejar y no por los de siempre, sino por múltiples miradas. Hay que escuchar y escucharnos y ofrecernos el valioso regalo del tiempo.
MÁS SALTAR, MENOS ESPERAR
El mundo es muy grande, y nosotros, enanitos. Y, además, somos muy prudentes, quizás demasiado, especialmente las mujeres quienes, antes de expresar nuestra opinión, sopesamos tanto si nuestro comentario será o no el adecuado, que a menudo se nos pasa la tanda. Desde nuestro nuevo universo, hemos de empezar a saltar, aunque nos cueste, para hacernos ver. Sobre todo, si tenemos aún mucho que dar, que compartir. Aunque nos de un poco de rabia, tenemos que aprender de esas personas quienes, sin saber muy bien porqué, (ellos sí lo saben, lo trabajan requetebién), están casi siempre on the spotlight. De su estela, y a suficiente distancia, haremos el test de si es mejor saltar y que nos vean, o parapetarnos entre el gentío y esperar a que nos elijan.
En general, hablamos con propiedad hacia fuera y actuamos a la perfección en nuestro guiñol profesional, pero nos cuesta pensar hacia dentro y decidir para la persona, en lugar de para el personaje. Creo que es hora de hacer algo, por pequeño que sea, por nosotros. Antes, durante o después de lo que pueda suceder…
MI EXPERIENCIA EN 3 LÍNEAS:
EL DESAFÍO
Permitirte el regalo de un tiempo, que no será necesariamente ocioso, es el gran desafío. Este te ayudará a confirmar tus verdaderos puntos fuertes a través de miradas diversas y generosas.
EL LOGRO
Creo que el mayor logro es conseguir explicar tu talento profesional desde lo que haces ahora, sin tener que ir repetidamente al pasado.
EL APRENDIZAJE
‘Lo mejor está aún por llegar’ no es simplemente una melodía o una letanía, es la variante del camino principal que tenemos justo delante, la cual siempre tendremos la posibilidad de elegir.
Cristina Masachs – CEO Softlanding
PS. Dedicado a Daniel, que me ha dejado reinventar con él su proyecto para ayudar a desempleados en situaciones de fragilidad. ¡Lo conseguiremos!
PS2. Tributo a Mad Men, una serie con infinidad de matices, como la vida misma
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