Un viaje con softlanding

¿Qué rutas nos propondrías a nosotros?, me preguntan a menudo los que aún no han viajado conmigo. Lo hacen justo después de escuchar a otros viajeros que al regresar de su aventura, les comentan: ¡qué viaje tan especial!.
Hoy descubrimos cuáles son sus secretas rutas de vuelo y por qué el destino final es siempre más lejano y exótico del que habían imaginado…
¿Qué tiene de especial un viaje con Softlanding?…

 

EL DESPEGUE:

Algunos lo tienen muy claro y saben muy bien lo que precisan, pero a menudo, un viaje con Softlanding empieza con una necesidad bastante vaga o por el contrario, con una tarea a priori tan sencilla que podría realizarla cualquiera. Así se inició el despegue de mi último proyecto: "llevo años con la página en construcción y creo que ha llegado el momento de terminar mi página web."

Sin embargo, esta acción concreta se transformó inmediatamente después de la primera reunión en profundidad con la clienta. En ella descubrí que, en realidad, el destino que quería alcanzar iba mucho más allá. Su verdadero objetivo me lo confesó casi sin darse cuenta: “en realidad, lo que querría es ser (percibida) más guapa y más moderna”.

Desde aquel momento, la página web se convirtió en un medio para alcanzar un deseo más estratétigo, aunque había que rascar un poco para ver si aún encontrábamos algo más.

"Confía en mí", le dije, “tendrás tu web, pero creo que el proyecto será mucho más ambicioso”.

LA RUTA DE VUELO:

Para conseguir llegar, como mínimo, al destino-objetivo que nos habíamos propuesto, teníamos que analizar distintas rutas posibles, esto es, oportunidades que ya existían sin hacer nada más que descubrir con otros ojos nuestro entorno y a nosotros mismos. De esa reflexión quedarían claras las oportunidades, y solo entonces decidiríamos cómo reorientar nuestra propuesta para capitalizarlas de forma efectiva.

Así, trabajando su DAFO personal, emergieron aquellos puntos que hacían diferencial su enfoque en el trabajo y también otros que tendríamos que vigilar para no flaquear en el futuro. Después analizamos su entorno y encontramos nuevas posibilidades en las que apalancar su apuesta futura.

En su caso, averiguamos que gran parte del secreto de su éxito se relacionaba con tres fortalezas, que hasta ahora no había aprovechado de forma consciente:

1.Su forma de enfocar cada proyecto era única, y conseguía generar un engagement con el cliente que en su tipo de trabajo era fundamental para el éxito del caso. Esto lo convertimos en una metodología propia, le dimos forma e incluso lo ilustramos.

2. Realizaba una actividad docente esporádicamente muy relacionada con su negocio, pero no le daba la importancia suficiente. Consideramos ampliar esa actividad y además compartirla con los clientes de su despacho como parte del contenido de su estrategia de Marketing Digital.

3. Realizaba un seguimiento de cada proyecto que incluían a otras especialidades e iba  más allá de lo profesional, pero de momento, solo lo sabían los que habían trabajado con ella. A partir de ahora íbamos a darnos a conocer por tener un servicio cercano, humano e integral.

Analizando todos estos puntos también hallamos dos relevantes dificultades y un anhelo que iban a ser esenciales para su cambio de rumbo.

1.       Con la estructura actual, tenía una limitada capacidad productiva para poder crecer. Si poníamos en marcha todas las mejoras e innovaciones, no íbamos a poder asumir un aumento exponencial de clientes.

2.       En su trayectoria profesional había estado siempre sola, así que ella misma realizaba cualquier tarea, tanto las directamente relacionadas con sus casos como otras que no aportaban valor. Había que priorizar y decidir en qué dedicar su tiempo y esfuerzo, y ser más eficiente.

3.       Su anhelo nos iba a venir muy bien para solventar los dos problemas anteriores, ya que se moría de ganas por tener equipo. Además podía encontrarlo fácilmente en el entorno docente donde era muy valorada.

EL ATERRIZAJE:

Con todo este material, no fue difícil escribir la estructura del plan de acción y menos aún, aumentar la velocidad para llegar antes al destino, ya que incluso antes de terminar esta fase estratégica que duró un mes, ya teníamos avanzado muchos de los detalles de los que iban a convertirse en los pilares del plan de acción:

1.       Empezar a construir un equipo con una incorporación.

2.       Ofrecer un abanico de servicios integrales.

3.       Aumentar su visibilidad a partir de su actividad como docente, en la que proactivamente, íbamos a innovar.

4.       Iniciar la reputación online compartiendo su especial manera de enfocar los proyectos y actividad formativa.

5.       Tener un escaparate online a través de la nueva web.

Después de horas de vuelo, tras una reflexión realizada, hallados los puntos esenciales, con el plan aterrizado y el orgullo del trabajo bien hecho, ya estábamos listas para emprender una nueva etapa profesional que iba a convertirse en el verdadero destino. Iniciábamos la nueva aventura con tanta energía y pasión, que no podía ser más que un éxito. Nosotras lo expresamos así: “¡Esto va a ser la bomba-bombilla!”

 

MI EXPERIENCIA EN 3 LINEAS:

EL DESAFÍO:

Adentrarme en un sector desconocido para mí, repleto de tecnicismos y con una forma de proceder muy arraigada, y poder acercar el tipo de proyectos al consumidor de forma atractiva.

EL LOGRO:

Convertir un proyecto táctico en el comienzo de una nueva etapa profesional que no solamente iba a aumentar las ventas, sino que conseguiría mejorar su calidad de vida y disfrutar aún más de su trabajo.

EL APRENDIZAJE:

La combinación perfecta para que el viaje sea un éxito es que el cliente confíe y se deje llevar, y a la vez, que se implique, reflexione y haga un montón de preguntas interesantes.

 

Cristina García-Masachs  –  CEO Softlanding

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